Publicado en la revista Talleres en Comunicación 298 (posventa.info)
Economistas, bancos centrales, y analistas venían advirtiéndolo desde hacía tiempo, y ya comienzan a apreciarse los primeros indicios de esos malos augurios, volvemos a la recesión económica.
Ahora mismo vivimos una situación dopada y desvirtuada ya que estamos en la época más consumista del año, pero se espera que enero sea un mes de caídas en las ventas y en el gasto de los ciudadanos, por lo que os estaréis preguntando ¿Entonces va a venir el Coco?
Pues la respuesta es sí y también no…
Sí, porque tenemos el IPC descontrolado, el Euribor subiendo sin cesar, la concesión de préstamos menguando, y los salarios estancados. Estamos entrando en una etapa de recortes en el consumo a todos los niveles, incluido el gasto que los españoles dedican a su vehículo, la duda es cuánto durará.
Pero también es NO, pues no se parece a la gran crisis económica que sufrimos hace una década. Los hogares y empresas tienen sus cuentas saneadas (la inmensa mayoría), la dependencia del crédito ya no es un problema, los bancos y cajas también han hecho sus deberes, y “gracias” al confinamiento que redujo considerablemente el gasto, el ahorro entre particulares está en uno de los niveles más altos, además como sabéis a nuestro sector le afectan de forma distinta las crisis macroeconómicas tanto en duración (solemos entrar más tarde y salir antes) como en intensidad (el vehículo es una necesidad de nuestra sociedad, y como tal, aunque se reduzca la inversión en movilidad siempre se va a mantener un mínimo viable para muchas empresas).
Mi abuela tenía un don para inventarse seres malignos si sus nietos no hacíamos las cosas bien: “como no os vayáis pronto a la cama, vendrán los mengues, los mumeros y la carratamaula y os llevarán para comeros”, era todo un compendio de leyendas populares para forzar a los niños (y los no tan niños) a que andasen por el camino correcto, un aviso de que un gran mal podría suceder si no se realizaban las cosas conforme a la norma, en definitiva, la voz de la experiencia que nos ayudaba a no equivocarnos (o no arriesgar) allí donde otros en el pasado no lo hicieron así y no obtuvieron más que problemas o desgracias.
Ahora llegan tiempos de volver a hacer caso a esa voz de la experiencia, a recordar a nuestras abuelas diciéndonos que nos portemos bien para que no venga el Coco y nos coma, esa experiencia y saber hacer que nos ayudó a salir de la anterior crisis y superar la peor época económica que nos tocó vivir. Pero a día de hoy, no hay razón para poner el grito en el cielo, como he comentado esta recesión no debería ser tan profunda y continuada en el tiempo, en principio con mantener las buenas prácticas que nos enseñó la anterior crisis, debería bastar para mantenernos sin grandes esfuerzos.
Buenas prácticas como la contención del gasto, la optimización de recursos, rentabilizar cada euro invertido, y la búsqueda de la excelencia con cada cliente, ya que ellos son quienes mantienen nuestros negocios a flote día tras día, y a ellos les debemos el sustento de las empresas. Puede que el Coco asuste, pero como reza la parábola del Anillo del Rey, ESTO TAMBIÉN PASARÁ.