Publicado en la revista Talleres en Comunicación 300 (posventa.info)
Solo tengo el placer de colaborar en esta revista desde hace poco más de 3 años, por lo que cuando Miguel Ángel me dijo que iba a ser el número 300 me vi abrumado, ya que únicamente he participado en una pequeñísima parte de ellos, pero como siempre que llega un aniversario con un número “redondo” o significativo se suele echar la vista atrás y hacer resumen, voy a aprovechar para describir muy brevemente la evolución que personalmente he conocido en nuestro sector.
Yo llegué a la posventa igual que muchos otros hijos de empresario del sector, hay niños que vienen con un pan bajo el brazo y yo llegué con una zapata de freno. Mis primeros recuerdos de talleres y recambios son a principios de los ochenta, en aquella época eran los talleres los que iban a las tiendas de recambios a por las piezas, muy pocos distribuidores hacían reparto; no existían los ordenadores, todo se hacía a mano, no solo administración y contabilidad, sino catálogos para búsqueda de piezas y la gestión del inventario, mediante fichas registrando altas y bajas, pero todo era más simple ya que el parque de vehículos se reducía a poco más de 5 marcas y un puñado de modelos en cada una, además por suerte o por desgracia la tecnología no había evolucionado tantísimo como ahora y las reparaciones en los talleres eran casi siempre las mismas (frenos, filtros, suspensión, refrigeración, escape, motor y caja), por lo que para un recambista era “sencillo” disponer siempre de stock y su gestión, y también para el mecánico conocer los entresijos de cualquier coche.
Recuerdo que eran pocos los distribuidores de recambios, así como tampoco habían tantos talleres mecánicos, ni tantas marcas de componentes, pero según fue llegando la década de los noventa todo cambió.
La incursión de nuevas marcas de coches en el mercado español así como más modelos comenzó a “complicar” las cosas, los catálogos de piezas comenzaron a crecer de forma exponencial, y nuevos componentes que antes ni se conocían ahora también se sustituían, aunque también comenzaron a caer las reparaciones de componentes habituales que todo coche posee, como bombas de agua, amortiguadores, tubos de escape, y el motivo fue la mejora de las carreteras, de los combustibles, así como del resto de químicos que optimizaron la mecánica de los vehículos.
El reparto a taller, que 10 años antes solamente lo ofrecían 1 o 2 recambistas, se convirtió en un standard del sector así los mecánicos se centraban en su trabajo y no perdían el tiempo yendo a buscar piezas. También aparecieron los ordenadores para hacernos la gestión de stocks más fácil (pero aún no existía TecDoc).
Los noventa también fueron el nacimiento de uno de los cambios del sector más importante, los grupos de compra y los grupos de talleres, prácticamente inexistentes hasta entonces pero impensables hoy en día para la sostenibilidad de la posventa independiente.
Con el cambio de siglo, en estas dos últimas décadas todo se aceleró y creció de forma exponencial.
Las marcas se han multiplicado, así como todos sus vehículos, además donde antes se usaba la misma tecnología y diseño de piezas para varios vehículos, ahora parece que los ingenieros disfruten haciendo pequeños cambios en cada coche para que sus recambios no valgan para ningún otro.
Estos avances tecnológicos han creado decenas de nuevos componentes para vender y reparar, así como también nos han dado los catálogos digitales, sincronizaciones con los proveedores, almacenes robotizados, consultas técnicas online, o la gestión de stocks mediante IA.
El número de distribuidores y talleres también se ha multiplicado, así como el de fabricantes de componentes, el servicio se ha mejorado hasta ser posiblemente uno de los mejores de Europa en todos los sectores, y la tecnificación, formación y especialización de los mecánicos se encuentra también en los niveles más altos.
¿Y qué vendrá en los próximos años?
Pues como todos sabemos llega la mayor transformación del sector desde el coche de caballos, en 20 años aunque continuará habiendo un gran parque de vehículos de combustión con una edad media bastante alta, el 70% de lo que conocemos y consideramos de uso cotidiano habrá cambiado; permitidme una reflexión a modo de ejemplo, Google tiene 23 años y solamente han pasado 15 años desde que Steve Jobs presentase al mundo el primer iPhone, pero hoy nadie se plantea su día a día sin la posibilidad de una consulta en el buscador o un smartphone en el bolsillo; la posventa del automóvil siempre ha ido más lenta que muchos otros sectores pero en esta ocasión es la sociedad la que está demandando el cambio y cuando es el usuario el que lo hace, estos suelen ir más rápidos y además son inevitables, pero ello no significa que sean malos, todo lo contrario, estos cambios serán grandes oportunidades para mejorar y seguir estando a la vanguardia técnica y logística de la industria de la automoción.