imagen extraída del comic: 1585: empel; artista gráfico: Jaime Infante
Hoy 8 de diciembre es festivo en España, y muchos no sabrán el origen de la fiesta, y como no trabajo y tengo tiempo os lo voy a contar.
El 7 de diciembre de 1585, en una pequeña localidad de Flandes llamada Empel, 5.000 Tercios españoles libraban una batalla contra las tropas holandesas.
Asediados y superados ampliamente en número, frente a ellos tenían a 30.000 hombres y 150 barcos, el comandante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, le propuso una rendición a Don Francisco de Bobadilla, el cual respondió: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra, ya hablaremos de capitulación después de muertos”.
La respuesta del ejercito holandés fue la habitual en aquella época, abrir las compuertas de los canales e inundar toda la zona donde se encontraba el ejército español.
El agua fue subiendo, hasta que solamente quedó un pequeño montículo de tierra donde los Tercios se refugiaron.
Comenzaron a cavar zanjas y trincheras para prepararse para la batalla final cuando uno de los soldados encontró una tablilla enterrada en la que se encontraba la imagen de la Inmaculada Concepción. Este hecho se vio por parte de las tropas como un mensaje divino y todos los soldados le rezaron a la Virgen para que les ayudase en la contienda.
Cayó la noche, y como si de un milagro se tratase, las temperaturas comenzaron a bajar, el frio se apoderaba de los soldados, pero también congeló el agua que los rodeaba, hasta el punto que todos los barcos enemigos se vieron bloqueados sin posibilidad de maniobra, fue cuando el ejercito español aprovechó para llegar hasta ellos, quemarlos, y hacer prisioneros a todos los soldados holandeses.
Desde entonces la Inmaculada Concepción (o Purísima Concepción) fue la patrona de los Tercios Españoles, y muchos años después, por la relación del ejercito con la corona y la iglesia, también del Reino de España.
Curiosamente, 60 años después, el Vaticano decidió crear la festividad en la que la Virgen María fue concebida, y para ello se hizo un calculo matemático, restar 9 meses a la fecha de su nacimiento, dando el mismo día 8 de diciembre en el que se produjo la batalla de Empel.
Coincidencia o no, milagro o no, desde hace 400 años en España se celebra el día en el que 5.000 españoles empecinados (o cabezones como diríamos hoy en día) decidieron no rendirse ante el peor de los escenarios y al final, contra todo pronóstico, salir victoriosos.