Publicado en la revista Talleres en Comunicación Nº296
Algo está pasando cuando en un oficio honrado, satisfactorio, valorado, y en el que se puede ganar la vida decentemente, no hay gente para contratar.
Desde hace bastante tiempo, resuena en distintos medios, incluso generalistas, que a las empresas les resulta complicado encontrar mecánicos para los distintos talleres de automóviles y camión por todo el territorio nacional; y no parece ser algo puntual, revisando las estadísticas y la hemeroteca, esta carencia de nuevas generaciones se viene dando desde hace varios años, pero últimamente se está acrecentando, tanto que las grandes empresas están acudiendo a terceros países (fuera de la Unión Europea) para reclutar mecánicos, y algunas pequeñas han llegado incluso a cerrar o a asociarse con otros ante la falta de mano de obra especializada.
Puede que tenga que ver con la falta de estudiantes de distintos oficios que está ocurriendo a nivel general (ebanistas, albañiles, herreros, electricistas, técnicos de distinta índole,…), que estudiar un oficio no es tan glamuroso como una carrera universitaria, pero este hecho lleva ocurriendo desde hace más de 20 años; recuerdo cuando terminé el instituto que ya existía una demanda de plazas exacerbada en derecho, ingeniería, filología, medicina, etc… y los ciclos formativos terminaban por no llegar al cupo mínimo para impartirlo, por lo que ¿estamos en España ante una titulitis endémica?
Sea como fuere, creo que los distintos gobiernos deberían prestar más atención a lo que la sociedad necesita. Ahora mismo, hay empresas que no consiguen cubrir las vacantes que tienen, pero ¿llegan esas necesidades a conocimiento de la sociedad? Creo que con 3 millones de parados y un 27% de paro juvenil no debería tener lógica que me esté rasgando las vestiduras porque hayan empresas que no encuentren a nadie. Parece como si fuesen dos carreteras paralelas que nunca se cruzan, a un lado una autopista de peaje en la que las empresas van a toda velocidad sin detenerse y buscando gente, y al otro la antigua carretera nacional colapsada con todos los que están buscando activamente empleo, pero es como si faltasen accesos a la autopista (o fuese muy caro entrar).
Es cierto que ser mecánico, al igual que el resto de oficios, es vocacional o al menos en nuestro caso requiere de un primer punto, que te gusten/interesen los coches, pero nuestro sector como siempre es distinto al resto ya que tenemos una ventaja, el automóvil despierta pasiones (creo que los únicos sectores que nos superan en interés son el futbol, los bares, y la repostería) es muy difícil encontrar a una persona que no tenga una opinión sobre algún coche. Los automóviles se han convertido en uno de los pilares de nuestra sociedad y decir que te dedicas a nuestro sector no está en absoluto denostado, sino todo lo contrario ya que a la gente le cambia la cara y le viene una sonrisa cuando se lo comentas, entonces ¿Por qué las nuevas generaciones no quieren dedicarse a reparar coches?, vuelvo a mi pregunta de antes ¿Saben que pueden aprender un oficio para toda la vida y ganar dinero? Y si la parte menos glamurosa es lo que retrae a los candidatos, también se debería dar a conocer al gran público que la fuerza bruta y las manchas de grasa han pasado a un segundo plano, ocupando gran parte del tiempo la diagnosis informática y los trabajos minuciosos.
En un nivel más complicado se encuentran los talleres de camión, si es difícil encontrar mecánicos de coches, aun peor están los centros de vehículos industriales, algunos de los cuales han tenido que cerrar por falta de personal especializado, y aquí si que quiero llamar la atención de las distintas administraciones ya que no existe en la educación pública un ciclo formativo especializado en estos vehículos desincentivando así a las nuevas generaciones ante un trabajo de alto nivel tecnológico, bien pagado y exclusivo.
Y no quiero terminar sin hacer hincapié en la brecha existente en lo que a igualdad de género se refiere; el sector del automóvil siempre ha sido predominantemente masculino, pero por fin está cambiando, y creo que es un buen momento para que se fomente (o incluso se bonifique) la inserción laboral de las mujeres en los talleres en puestos técnicos.
Creo que hay mucho trabajo por hacer por parte de las administraciones, pero por suerte hay mucho potencial tanto en la sociedad como en nuestras empresas.